1. La piel está formada por la epidermis, la dermis y la hipodermis. La epidermis es la capa más externa, está formada por un epitelio estratificado plano queratinizado, carece de vasos sanguíneos y descansa sobre una matriz extracelular, denominada lámina basal. Las células más numerosas se denominan queratinocitos, aunque también tiene otros tipos celulares. Su función es de protección, principalmente.
La dermis se encuentra por debajo de la lámina basal y está formada por tejido conectivo. En este tejido hay vasos sanguíneos, células y fibras de colágeno. La dermis se encarga de nutrir y dar soporte a la epidermis.
La capa más profunda es la hipodermis, que está formada por tejido adiposo y tejido conectivo. Una de sus funciones es mantener el calor corporal. Su grosor varía mucho de unas zonas a otras de la piel; en algunas de estas zonas pueden aparecer células musculares.
2. Al envejecer la piel, disminuye el grosor de la epidermis y el número de melanocitos, pero los que quedan se hacen más grandes. En la dermis, se reduce la resistencia y la elasticidad de las fibras de colágeno, lo que da un aspecto deteriorado. Los vasos sanguíneos se vuelven más frágiles, la capa de grasas disminuye de grosor y las glándulas producen menos sudor y sebo.
3. Al envejecer los tejidos, en la capa superficial, la piel se observa más delgada, más pálida y transparente. Al hacerse más frágil, la piel se autorrepara con mayor dificultad y las lesiones e infecciones son más frecuentes, igual que las hemorragias y los desgarros. También se altera la percepción del tacto y la de las sensaciones de frío y calor, y aparecen manchas y estrías.
4. A corto plazo, la energía de los rayos ultravioleta produce quemaduras en distintos grados. A largo plazo produce fotoenvejecimiento, que supone el deterioro prematuro de la piel y se manifiesta en el aumento de las arrugas, la pérdida de elasticidad, alteraciones en la pigmentación y la posible aparición de tumores de distintos tipos.
El tabaco favorece la aparición de arrugas, hace que la piel pierda su tono rosado natural y se vuelva más frágil, reseca y que cicatrice con mayor dificultad.