¿Un fenómeno de nuestra época?
Viajes de trabajo, de estudios o vacaciones, desplazamientos (displacements) debidos a guerras, crisis económicas o catástrofes naturales… Existen muchas razones para tener que viajar o cambiar de país y la sociedad actual se caracteriza por la movilidad y el contacto entre culturas.
Pero ¿es este un fenómeno nuevo? Viajando un poco y observando a nuestro alrededor (around us), podemos comprobar fácilmente que no: las culturas se influyen (influence) unas a otras desde siempre.
Aquí tienes tres ejemplos del mundo hispano.
RAÍCES CULTURALES DE PUERTO RICO
La identidad de Puerto Rico es producto de la influencia de diferentes culturas a lo largo de los siglos. A la cultura originaria taína se unió la de los conquistadores españoles que impusieron (imposed) su lengua y dejaron (left) numerosas obras arquitectónicas en la isla.
Más tarde, en el siglo XVI, empezó el comercio de esclavos (slaves) africanos. Después de la abolición de la esclavitud (slavery) en 1873, aumentaron las relaciones de los descendientes de africanos con el resto de la población y también su influencia en la lengua, la música o la cocina. Tras la independencia de España, Puerto Rico comenzó una nueva etapa bajo el dominio de Estados Unidos y la identidad cultural de la isla y su lengua recibieron nuevas influencias.
LA CIUDAD DE LAS TRES CULTURAS
La historia europea está llena de conflictos, guerras y expulsiones, pero también encontramos ejemplos de convivencia entre culturas, como en la ciudad española de Toledo. La historia y la arquitectura de esta ciudad muestran que hubo largos periodos de coexistencia de musulmanes,
judíos y cristianos. Un hecho (fact) importante es que durante dos siglos (XII y XIII), en esta ciudad, un grupo de estudiosos tradujo al latín obras clásicas griegas y árabes de filósofos y científicos.
Por estas razones, se suele llamar a Toledo “ciudad de las tres culturas”.
REPOSTERÍA Y BOMBEROS ALEMANES EN CHILE
En el siglo XIX y a principios del XX llegaron a América Latina varias oleadas de europeos buscando un futuro mejor. Se calcula que entre 1870 y 1930 se trasladaron a América Latina unos 13 millones de europeos.
En el caso de Chile, el gobierno apoyó la llegada de colonos europeos, especialmente alemanes, británicos, croatas, franceses, holandeses, italianos y suizos. La lengua, algunas costumbres y también la arquitectura muestran la presencia de estos emigrantes. Por ejemplo, en Chile hay muchas asociaciones de bomberos voluntarios (volunteer firefighters) de origen alemán y la repostería (baking) alemana (con la palabra 'Kuchen' para designar los bizcochos y las tartas) está muy presente.
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