A lo largo del texto, podrás descubrir y trabajar con las distintas características de la Naturaleza de la ciencia: en la sección Ciencia en construcción, durante el relato del contenido y en preguntas que acompañan a este.

El conocimiento científico es tentativo

¿Has visto alguna vez un átomo?, ¿crees que exista alguien que lo haya visto?

La verdad es que aún nadie lo ha hecho, pese a que tenemos evidencia de cómo se organizan o se comportan los átomos. Durante décadas, el modelo del átomo ha ido cambiando, haciéndose más complejo e incorporando nuevas ideas. Ello se explica porque los instrumentos y la tecnología nos permiten recopilar mejores datos, o bien porque las interpretaciones de las mismas evidencias van modificándose. En otras palabras, todo conocimiento científico está en continuo proceso de revisión y cambio. A eso le llamamos tentatividad.

El conocimiento científico posee una cuota importante de subjetividad

Si bien existe el propósito o anhelo de que los hallazgos científicos surjan de un análisis objetivo de las evidencias, los científicos son seres humanos que no pueden desvincularse de sus propias creencias, sesgos y percepciones. Esto afecta la forma en que hacen ciencia y permite explicar por qué dos investigadores que interpretan los mismos datos pueden, eventualmente, llegar a conclusiones muy diferentes. Por ello se dice que la ciencia tiene un componente subjetivo.

Teorías y leyes son diferentes tipos de explicaciones de los fenómenos naturales

Al reunir una serie de evidencias coherentes entre sí, cuyo análisis permite inferir la manera en que un determinado fenómeno funciona, estamos frente a una teoría. En tanto, al estudiar la relación específica entre dos o más variables, y formular conclusiones respecto de lo que ocurrirá con una de las variables si, por ejemplo, la otra aumenta, se mantiene o disminuye, entonces lo que tenemos es una ley. No hay jerarquía entre teorías y leyes, pues ambas son explicaciones igualmente válidas, que se diferencian en cómo se construyen y su nivel de generalidad.

El conocimiento científico tiene una base empírica

El conocimiento científico está, al menos parcialmente, basado en o derivado de observaciones del mundo natural. Las ideas que tenemos sobre la célula o sobre las fuerzas presentes entre dos objetos surgen de la observación directa o indirecta del mundo físico y no mágicamente de la mente del científico. Observar implica usar el sentido de la visión, pero también todos los otros sentidos que intervienen en la percepción que tenemos de lo que nos rodea. Por ello, todo conocimiento científico posee una base empírica.

La ciencia distingue observaciones de inferencias

Habitualmente no tenemos acceso directo a los fenómenos naturales. Por ejemplo, podemos recoger una serie de datos acerca de cómo dos sustancias químicas reaccionan, pero nunca podremos ver directamente la forma en que las moléculas interactúan entre sí para dar origen a una nueva sustancia. Podemos medir el tiempo, cuantificar el calor requerido y calcular los volúmenes. Todo aquello forma parte de la observación, a partir de la cual se puede inferir el tipo de reacción, sin embargo, la reacción en sí misma no la podemos observar. Gran parte del conocimiento científico descrito en este mismo texto de estudio surge de inferencias basadas en observaciones, por lo que la ciencia requiere de ambas.

El conocimiento científico es el resultado del trabajo de comunidades que colaboran

Aun cuando pareciera que un científico trabaja de manera individual (rara vez lo hacen), las publicaciones que revisa de otros autores, la asistencia a congresos, la participación en proyectos, la propia publicación de sus hallazgos y la identificación de áreas que otros científicos no están abordando son expresiones de lo que se llama comunidad científica. A veces de manera muy colaborativa, presencialmente o a distancia, el conocimiento científico surge del diálogo permanente y enriquecedor entre los miembros de estas comunidades.

El conocimiento científico es creativo

Un gran porcentaje de las personas suponen que los científicos poseen un pensamiento rígido y estructurado, sin espacio para la creatividad. Sin embargo, la formulación de una pregunta de investigación, la generación de explicaciones posibles, la propuesta de un diseño, la forma de presentar los resultados, la manera de elaborar sus conclusiones e incluso la aplicación de métodos estadísticos requieren de cuotas significativas de creatividad.

No existe un solo método o procedimiento para generar conocimiento científico

Charles Darwin desarrolló varias de sus teorías recolectando datos y buscando patrones entre ellos. La teoría de la evolución, por ejemplo, no se formuló originalmente a partir del resultado obtenido en experimentos. Sin embargo, nadie podría poner en duda que Darwin fue un científico. Una descripción rigurosa de una sustancia o de un fenómeno meteorológico puede ajustarse a un método científico. El establecimiento de una relación entre los temblores y el magnetismo terrestre puede responder a un método científico. En otro tipo de investigaciones se puede recurrir a los experimentos, así como a muchos otros métodos. Todo depende de la pregunta que se quiera responder.