Actividades interactivas
Las relaciones entre la música y el teatro surgen hace mucho tiempo. Ya desde las antiguas civilizaciones occidentales, como Grecia (Figura 6.10), la música aparece ligada a las representaciones teatrales y, en civilizaciones orientales, como Japón y China, la unión entre música y teatro también es milenaria.
En el Barroco, con el nacimiento de la ópera en torno al año 1600, se consolida la unión definitiva entre la música y el teatro. La ópera es básicamente una representación teatral cantada. Musicalmente, podemos distinguir en ella varias partes, como la obertura, las arias, los recitativos y los coros.
Las óperas fueron variando sus temas a lo largo del tiempo. Así, en el Barroco solían tener libretos basados en temas históricos, como la historia de Roma. En el siglo XIX y principios del XX, los compositores prefieren argumentos más realistas, más cercanos a la gente.
En la ópera La Bohème (Figura 6.11), de Puccini, se cuenta una de estas historias realistas, que llegaban más al público y que ha convertido a esta ópera en una de las más representadas.
Ambientada en el París de 1830, La Bohème cuenta la historia de cuatro bohemios: un poeta, un pintor, un músico y un filósofo, que intentan triunfar en el mundo artístico de esta ciudad, mientras sobreviven con muy pocos medios económicos en una pequeña buhardilla. La historia se centrará en el amor de uno de ellos, Rodolfo, el poeta, con su vecina Mimi.
Las historias necesitaban ser adaptadas para que pudiesen ser cantadas en la ópera. Esta versión para ser cantada se llamaba libreto y sus autores eran los libretistas. Los compositores solían tener sus libretistas predilectos.
Investiga en Internet y averigua y resume en tu cuaderno el argumento de las óperas La Traviatta, de Verdi, y Orfeo, de Monteverdi. ¿Qué historia te parece más realista? ¿Por qué? ¿A qué periodo musical pertenece cada compositor?
En el siglo XVII, surge en España un género escénico-musical llamado zarzuela. Algunas obras de grandes escritores españoles, como Lope de Vega y Calderón de la Barca, se interpretaban ante la corte de Felipe IV (gran aficionado al teatro), en el pabellón de caza del Palacio de la Zarzuela (llamado así por el gran número de zarzas que lo rodeaban). De ahí viene el nombre que adquirió este género musical. En estas primeras representaciones, se intercalaban los diálogos teatrales de los actores con partes cantadas e, incluso, danzas.
En el siglo XVIII, el género es eclipsado por la ópera, pero en el siglo XIX surge con fuerza gracias a compositores como Francisco Barbieri y Tomás Bretón. La zarzuela, a diferencia de la ópera, tendrá un carácter más popular y folclórico tanto en sus argumentos como en su música.
En el siglo XIX, se comienza a hacer zarzuelas cortas, para que pudieran ser representadas varias veces en un mismo día y, así, fueran más rentables.
Debido a su corta duración, este tipo de obras se clasificó como Género Chico, frente al género grande o zarzuela grande. Las obras del género chico tenían argumentos muy sencillos, basados muchos de ellos en la vida cotidiana madrileña.
Aunque tanto la ópera como la zarzuela se podrían definir como teatro cantado, son géneros completamente diferentes, porque:
La zarzuela es un género exclusivamente español, mientras que la ópera es un género internacional (hay óperas italianas, alemanas, francesas, etc.).
La ópera es totalmente cantada, mientras que en la zarzuela se alternan escenas cantadas con pasajes hablados.
Los argumentos de las zarzuelas más populares se inspiran, normalmente, en situaciones de la vida cotidiana (muchas ambientadas en Madrid) del siglo XIX y principios del XX. Esto lo puedes apreciar en la letra del coro de las criadas, de la zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente del compositor Federico Chueca.
Las señoras nos mandan
a Recoletos con los bebés,
pa que tomen el fresco
por los jardines, ¡arza y olé!
Nos encargan que vayamos
siempre detrás,
y que no nos separemos
de ellos jamás;
pero si nos sale un tipo
de esos que nos hacen tilín,
¡vaya si se quedan solas
las criaturitas al fin!
En la zarzuela, encontramos mucha música inspirada en el folclore español, como este fragmento de la zarzuela de Tomás BretónLa Verbena de la Paloma (Figura 6.12).
Pero, al igual que en la ópera, encontramos también canciones de amor muy bellas a las que se suele denominar romanzas, en lugar de arias como en la ópera. Escucha, interpretada por el tenor Plácido Domingo, un fragmento de la romanza No puede ser, perteneciente a la zarzuela La tabernera del puerto, del compositor Pablo Sorozábal.
romanzas,ariasPlácido Domingo,No puede ser,La tabernera del puerto, Pablo Sorozábal.